Noruega busca los restos del gran héroe antártico Amundsen

• Una expedición sale hacia el mar de Barents, donde se estrelló su avión
• El explorador murió en 1928 en una misión para rescatar en el polo Norte a su rival

: La búsqueda del explorador noruego.

EDWIN WINKELS
BARCELONA

Fue el primero en llegar al polo Sur, pero el polo Norte se lo tragó. Roald Amundsen, el explorador noruego que en 1911 le ganó al malogrado Robert F. Scott la histórica carrera hacia el núcleo de la Antártida, desapareció el 18 de junio de 1928 con otros cinco hombres cuando cayó el revolucionario hidroavión en el que viajaban. Ayer, 81 años después, dos barcos de la Marina noruega partieron del puerto de Tromso, en el extremo norte del país, en busca de los restos de uno de los noruegos más famosos de la historia.
«Nos embarcamos en una iniciativa audaz que ofrece la oportunidad única de resolver uno de los misterios más duraderos de Noruega: ¿qué pasó con Amundsen y sus hombres?», escribió ayer en su blog el neozelandés Rob McCallum, el líder de la expedición. «Este icono mundial, uno de los exploradores más grandes que jamás vivió, desapareció en 1928 sin apenas dejar pistas. Excepto tres... »

LAS TRES PISTAS / Es el rastro de esos tres pequeños hallazgos lo que insufla optimismo a la expedición, cuya búsqueda se concentrará en un área de unos 110 kilómetros cuadrados cerca de la isla de Bjornoya (la isla del Oso), del archipiélago de Svalbard, en el mar de Barents. Fue allí donde en 1933 un pescador enganchó sus redes en algo desconocido, parecido a un avión, en el fondo marino. Las otras dos pistas son un flotador y un tanque de combustible que llegaron a la costa noruega pocos días después de desaparecer el avión, un Latham 47 cedido por Francia. En el tanque había señales dejadas por una navaja y un martillo, lo que hace suponer que, inicialmente, al menos una persona sobrevivió al accidente, aunque debió de morir más tarde por el frío polar.
Amundsen se había embarcado en el aparato, junto con un compañero y cuatro aviadores franceses, para ayudar a rescatar al italiano Umberto Nobile. Antes compañeros, se habían enemistado por el primer vuelo de la historia sobre el polo Norte, que realizaron conjuntamente en 1926 y del que se discutieron el liderazgo. Nobile decidió regresar al Ártico dos años después, pero su dirigible se estrelló sobre el hielo. El aventurero italiano fue uno de los supervivientes y, aunque Amundsen no llegó hasta él, fue rescatado después por un avión sueco.

SOLO EL MOTOR / La expedición de McMullen cree que 10 días son suficientes para hallar lo poco que queda del Latham 47: el motor. Por lo demás, estaba construido de madera y lonas. Para realizar la búsqueda se cuenta desde los dos buques con un robot submarino capaz de sondear con mucha precisión el fondo del mar, cuya profundidad no pasa de los 400 metros. Si el robot, el Hugin 1.000, encuentra cualquier objeto, se sumergirá otro robot, equipado con cuatro cámaras, para identificar el hallazgo. La expedición, que relatará el viaje en su web (www.searchforamundsen.com) y que será también objeto de un documental de televisión, espera que cerca del motor se encuentren también los restos de los seis desaparecidos, entre ellos Roald Amundsen.